El palacio toma el nombre de la familia Lanfranchi, que lo reestructuró y lo habitó desde 1539.
El edificio es el resultado de la fusión de siete casas-torre construidas entre principios del siglo XIII y mediados del siglo XIV. La primera intervención unitaria fue obra de Betto Stefani a principios del siglo XIV. La fachada, reconstruida por los Lanfranchi en 1555, muestra inserciones renacentistas en las ventanas con tímpano, en el portal desajustado y en la pequeña terraza rematada con el escudo de la familia. Tanto en la fachada como en Vicolo Lanfranchi se aprecian todavía secciones de las estructuras medievales.
La historia de las diferentes fases constructivas del palacio es aún más evidente en el interior, una vez que la reciente restauración ha puesto nuevamente a la luz la trama de los muros más antiguos y parte de los frescos medievales, entre los cuales destaca la “pintura negruzca” del siglo XIV.
Actualmente alberga el Museo de Artes Gráficas.