Palazzo Salviati
Los escudos del siglo XIV que adornan la fachada del palacio indican los primeros propietarios, los Ciampolini, riquísimos mercaderes pisanos. A mediados del siglo XV los Salviati compraron todo el inmueble e instalaron en él una sede de su banco.
El crecimiento social y político de esta familia se produjo en aquellos años. Su compañía surgió en Florencia y Pisa con funciones de comercio, bancarias y de producción de ropa. A lo largo del siglo XVI su actividad se amplió a nivel internacional, creando bancos en Londres, Brujas, Lyon y Amberes. En la segunda mitad del siglo XVIII este inmenso patrimonio había asumido un carácter exclusivamente inmobiliario, del que el suntuoso palacio florentino de Via del Palagio constituía la joya de la corona, mientras que el palacio de Pisa era solo una residencia secundaria.
Una inscripción grabada en el arquitrabe del palacio reza Averardus et Antonius Philippi Salviati fecerunt y data la construcción del edificio (que se conserva inalterado) en 1594. La estructura en forma de “U” es fruto de la unión de casas-torre medievales, cuyas huellas pueden apreciarse desde Vicolo Sismondi. Las obras de fusión fueron realizadas por la familia Ciampolini. Una voluta de mármol recuerda que los Salviati, que poseyeron todo el inmueble desde 1472, transformaron la casa en palacio ciudadano bajo el proyecto de Jacopo Piccardi da Rovezzano. Arreglaron la fachada con los angulares y el portal almohadillado (dominado por el blasón Salviati), con las cornisas en piedra de asperón que circundan las aberturas y las ventanas “arrodilladas” de la planta baja, que, como el portal, están rematadas con tímpanos triangulares. En el interior hay dos galerías y un patio con pozo, mientras que en las cuatro plantas se reparten las habitaciones, las salas y la capilla. En el siglo XVIII se rediseñó la escalera principal y se modificó el orden de la planta noble.