Piazza Martiri della Libertà
La plaza, inaugurada en 1833, fue creada bajo el proyecto del arquitecto Alessandro Gherardesca y por voluntad del Gran Duque de Toscana Fernando III, siguiendo, con la definición del gran espacio pseudo-rectangular, los nuevos cánones urbanísticos y estéticos de la Restauración.
En el centro del marco arbolado campea la estatua de Pedro Leopoldo I, realizada por L. Pampaloni en 1829 en el alto pedestal de mármol decorado con bajorrelieves de E. Santarelli.
El cuadro urbano en el que está enmarcada la plaza entraña un importante interés histórico y en la época medieval es denominado con el topónimo civitate vetera por la presencia de ruinas de la ciudad romana. De notable interés es el tejido edilicio que define sus confines. En todo el lado septentrional se extiende el complejo medieval del antiguo Monasterio Femenino de Santa Anna, hoy sede de la homónima escuela de perfeccionamiento. En el lado oriental encontramos la Iglesia de Santa Catalina, del siglo XIII, y la plaza de enfrente, fruto de la demolición de algunos edificios y destinada a cementerio ya en la época medieval. En el lado oriental todavía puede apreciarse el pequeño oratorio de la Compagnia del Crocione, suprimido en 1782 y hoy sala-teatro.
A partir de finales del siglo XI, gran parte del espacio central de la plaza actual estaba ocupado por la Iglesia de S. Lorenzo alla Rivolta, con el hospital y el monasterio anexos, y por el palacio del Conde Neri di Donoratico, que resulta ya abatido a finales del siglo XIV.
El complejo de San Lorenzo fue cedido por el gran duque a la comunidad pisana en 1815 para que preparara su abatimiento y predispusiera el proyecto para la nueva plaza. Fueron necesarios unos quince años para conseguir el proyecto definitivo, años en los cuales el área fue concedida en uso a domadores de caballos y utilizada por las lavanderas para tender la colada, con gran indignación por parte de toda la población.