Tumulo etrusco di San Jacopo
Se trata de un complejo sistema monumental funerario centrado en un gran túmulo de treinta metros de diámetro, en torno al cual, además de una corona de estrellas, se colocaban sepulturas más simples, halladas dentro de pequeños dolia colocados directamente en el terreno y rebosados con cúmulos de tierra.
El túmulo está delimitado por losas de piedra de poco espesor, insertadas vertical y regularmente en el terreno, en cuyo exterior se colocaban pares equidistantes de grandes piedras monolíticas. En cambio, dos losas perpendiculares al perímetro en el sector norte-oriental soportaban un escalón de madera que permitía el acceso interno al túmulo, donde una gran fosa cuadrangular albergaba una caja de madera con fragmentos de cerámica y restos de huesos de animales, probables huellas de una ceremonia fúnebre. Sucesivamente, la fosa se llenó cuidadosamente con piedras pequeñas y se recubrió de tierra hasta el extremo de las losas. En su interior, en cambio, se reservó un agujero de forma triangular que, lleno de arcilla estéril, albergaba un gran tridente de hierro con el asta ritualmente rota.
La sepultura se coronó con un gran altar de piedra, en parte desmontado, pero con diversos objetos y fragmentos de huesos de animales colocados aún sobre el plano de apoyo. Al lado del altar, un gran dolium, sellado con una tapa, custodiaba una gran cantidad de ceniza, clavos de bronce y un sutil hilo de oro, posiblemente parte de un pendiente, interpretables como los restos de un kolossós, esto es, una imagen sustitutiva del cuerpo ausente del muerto, quemado en la pila fúnebre.
La tumba, considerada la ausencia de restos humanos, es un espacio vacío en honor a un príncipe y ligado a actividades marineras, como atestigua el tridente. Los materiales recuperados permiten datar la estructura en una época anterior al primer cuarto del siglo VII a.C.